Rebeldía en la adolescencia
- Julio Cesar Carabali zamora
- 31 ene 2016
- 3 Min. de lectura

Cuando llega la adolescencia se produce un cambio en la relación con nuestros hijos. Empezamos a notar una transformación en su carácter y su comportamiento cada vez es más rebelde. Nos cuestionan todo lo que decimos, disminuyen la comunicación con nosotros, nos dan contestaciones cortantes y nos responden con monosílabos. ¿Qué podemos hacer los padres para disminuir los comportamientos rebeldes?
La rebeldía es una característica propia de los adolescentes que se pone de manifiesto en sus actitudes de diferentes maneras; protestando constantemente, oponiéndose a las normas o a lo establecido, desobedeciendo por sistema y enfrentándose con frecuencia a los padres, tutores y profesores. La conducta rebelde y desafiante de los jóvenes es una manera de poner a prueba los límites impuestos a lo largo del proceso de formación. Aunque esto resulta muy difícil para los padres, oponerse a los esquemas les permite a los jóvenes ir en busca de su propia identidad, basada en la adquisición de independencia y autonomía. También, en muchos casos, los adolescentes deciden actuar en contra de las normas, por la presión de otros que los llevan a pasar por alto la autoridad de los padres como una forma de ganar aceptación entre sus pares.
Es el momento en el que comienza el pensamiento abstracto Y esa es la segunda razón de la rebeldía. Podríamos decir que son rebeldes porque pueden serlo. Su cerebro también está evolucionando hacia otro tipo de pensamiento distinto al de la niñez que les permite ser críticos e interrogarse, tanto a ellos mismos como a los que les rodean, sobre todas las cosas.
¿Qué es el pensamiento abstracto? Los niños solo son capaces de pensar sobre cosas o personas concretas. Sus mentes que no están acabadas de desarrollar no les permiten abarcar ideas simbólicas. El momento en el que ese proceso de cambio comienza en el pensamiento es al inicio de la pubertad.
El pensamiento de los niños se basa en cosas reales. El pensamiento de los adolescentes, por el contrario, comienza ya a ocuparse de ideas o conceptos abstractos. Los adolescentes empiezan a pensar en conceptos como la libertad, la independencia, la patria y cualquier otra cosa que forma parte de nuestra cultura aunque no sea un objeto real. Pero esa forma de pensamiento no está definitivamente establecida en sus mentes y los adolescentes todavía tienen una característica propia del pensamiento de los niños que irá desapareciendo poco a poco: ellos son el centro de todo. Y esa es la razón de que, sobre todo en las primeras etapas de la adolescencia, la rebeldía está centrada en lo que les concierne a ellos. Cuando va pasando el tiempo y los chicos y chicas comenzar a madurar y con ellos su forma de pensamiento suelen comenzar a aparecer otras formas de rebeldía que se centran en temas sociales y políticos.
Signos de la rebeldía adolescente
Un adolescente rebelde manifiesta algunos de los siguientes comportamientos:
Se aleja de sus padres y familiares, pues quiere pasar más tiempo con sus amigos, o solos.
Se identifica con otros gustos, diferentes a los impuestos por sus padres o familiares.
Siempre quiere tener la razón y se enfrasca en discusiones por esta causa.
No quiere asumir responsabilidades ni reglas.
Actúa sin pensar en las consecuencias de sus actos.
Suele defender sus puntos de vista con vehemencia y, en algunos casos, con violencia.
Cambia su apariencia, lenguaje, modo de vestir.
Se involucra en pandillas o con amistades nocivas.
Prueban drogas, alcohol o cigarrillo.
¿Qué podemos hacer como padres?
Permitir siempre a los adolescentes hablar. Muchas veces solo expresando su punto de vista ya tienen suficiente. Por eso es bueno comunicarse con ellos y dejarles que lo hagan.
No pelear con ellos por cosas sin importancia. Valorar muy bien las batallas que queremos tener con nuestros hijos. Es muy posible que el tipo de ropa que lleven durante una época especialmente rebelde sea mucho menos importante que su actitud respetuosa con los demás. Si intentamos librar todas las batallas podemos perder en todas ellas. Si elegimos bien, podemos conseguir que el chico o la chica nos hagan caso porque "no siempre imponemos nuestra voluntad".
Tener charlas sobre temas sociales con ellos con frecuencia. Es una forma de permitirles que vayan desarrollando su pensamiento abstracto. Podemos hablar con ellos sobre cualquier cosa que nos interese: cultura, política, sentimientos… Si somos sinceros y permitimos al adolescente que exprese libremente su opinión, él o ella aprenderá la importancia del diálogo y podrá mostrar su rebeldía de forma mucho más constructiva que con un enfado. Y si además le impulsamos a trabajar de forma activa por aquello en lo que cree, podemos hacer también que esa rebeldía repercuta como beneficio en toda la sociedad. Buscar ayuda profesional,un profesional en psicología puede orientar a los padres sobre la manera correcta de ayudar a sus hijos.
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